Hola querida:
Este fin de semana participé en una feria y me pasó algo que quiero contarte.
Se acercó una mujer a mirar mis fundas para notebook. Le encantaron. Me preguntó el valor, y luego también se interesó por los cosmetiqueros. Cuando le dije el precio, me pidió un descuento. Y por primera vez en mucho tiempo, le dije que NO.
Sin explicaciones, sin justificaciones. Solo un simple y claro: “NO”.
Y ¿sabes qué? Me sentí increíblemente bien .
Extraño, porque una versión anterior de mí —la de hace unos años atrás— habría bajado el precio solo por concretar la venta.
Hubiera ofrecido algo más, con tal de no “perder la oportunidad”.
Pero resulta que ya no soy esa Marce. Cambié.
Ya no vendo desde la carencia, ni desde la urgencia. Hoy, vendo desde la convicción y el amor profundo por lo que hago.
No hice ningún curso de “sanación de la relación con el dinero”. Lo que hice fue mirarme. De frente. Y hacerme algunas preguntas que me cambiaron la perspectiva.
Me di cuenta de que cuando yo me valoro, el mundo también lo hace.
Que cuando respeto mi tiempo, mi energía, mi creatividad… las demás personas también lo sienten.
Y que nadie va a ponerme en el pedestal que merezco, si no lo hago yo primero.
Y aquí viene otra parte importante de esta historia: USTEDES .
Porque cuando una persona me compra, no está solo adquiriendo un producto. Está confiando en mí, en mi trabajo, en mi energía. Y muchas de ustedes lo han hecho una y otra vez, con tanto cariño, durante tantos años.
¿Entonces… vale la pena ganar una venta, si eso significa traicionarme a mí y a ustedes?
La respuesta es NO. Mil veces NO.
Porque hay cosas más importantes que una venta: la coherencia, el respeto, la confianza que construimos juntas.
Hoy solo paso por aquí para darte las GRACIAS.
Gracias por tu cariño, por tu confianza, por hacer de Amalai mucho más que una marca.
Yo te respeto. Te valoro.
Y por eso, también me respeto a mí.
Con mucho Cariño
Marce